Coronavirus

 

Artículo del 16º Presidente General

Consocio Renato Lima de Oliveira

 

Semana Santa 2020 SSVP Ecuador

 

Tengamos fe: Dios protegerá y fortalecerá a todos los vicentinos durante la batalla contra el coronavirus

 

En nuestro camino espiritual como cristianos, bautizados y vicentinos, hemos experimentado innumerables tribulaciones y desafíos, en todos los campos de nuestras vidas: en la familia, en el ámbito profesional, en los estudios, en la búsqueda de trabajo, en el área de la salud, entre muchas otras dimensiones del ser humano. También en la Iglesia y en la Sociedad de San Vicente de Paúl, a veces experimentamos sinsabores y contratiempos que nos dejan tristes y decepcionados en ciertas ocasiones.

En las últimas semanas, nos estamos enfrentando a la crisis mundial del coronavirus, una pandemia que está obligando al aislamiento social y, por supuesto, a la prohibición del contacto personal, especialmente con las personas mayores. Se están posponiendo eventos, cursos y asambleas importantes. Se están reduciendo las donaciones a nuestras Conferencias, Consejos y obras vicentinas. Todos tenemos que reinventarnos para mantener actualizada la caridad vicentina.

La ansiedad por no poder hacer las visitas domiciliarias, como solíamos hacer, está impactando psicológicamente en muchos consocios de todos los países del mundo. La economía se ha visto afectada. Los pobres y los sin techo serán los más perjudicados y los más vulnerables.
Sin embargo, como vicentinos, no estamos inmunes a esta lamentable inevitabilidad. Pero esta situación incidirá no solo en aquellos que asistimos, sino también en los propios vicentinos que también se verán afectados y podrán se empobrecer.

Sin embargo, tengamos fe. Una vez, un vicentino más experimentado me consoló diciendo: “Hay luces y sombras en todas partes, y en nuestra Sociedad, disfrutamos de las mismas luces y enfrentamos las mismas sombras que en cualquier otra entidad”. Este comentario me hizo reflexionar sobre la resignación necesaria para enfrentar las dificultades de nuestra vida.

Si tenemos fe en Dios y plena confianza en Nuestro Señor Jesucristo, venceremos las adversidades. Las sombras se disiparán de inmediato. ¡Vamos a vencer al coronavirus! Todo pasará, tengamos fe. Si tienes dificultades financieras, tenga fe, pídale a Dios que le dé paciencia para obtener los recursos económicos que le faltan. Si estás desempleado, tenga fe, porque Dios le mostrará varias oportunidades para comenzar a trabajar nuevamente.

Si estás enfermo, tenga fe, porque Nuestra Señora no permitirá que el dolor invada tu corazón. Si tienes problemas con tu matrimonio o tu vida sentimental, tenga fe, porque Nuestro Señor quiere tu felicidad y te ayudará. Si tienes hijos involucrados en el mundo de las adicciones o que caminan en mala compañía, tenga fe, porque Cristo es el camino, la verdad y la vida plena, y no permitirá que los jóvenes se pierdan en ese mundo.

Si hay problemas en la Iglesia y en la SSVP, tenga fe, ya que estos episodios son secundarios en comparación con los inmensos beneficios de la práctica de la caridad, que es el propósito que nos llevó a servir a los pobres. En mi vida como consocio vicentino, he experimentado emociones intensas y también he vivido momentos que no son tan favorables. Pero en todos estos episodios, con mucha oración y fe, logramos superar los desafíos.

Por lo tanto, frente a esta cruel realidad, en tiempos de guerra contra el coronavirus, les digo firmemente: sean fuertes, sean fieles y no se desanimen. “El Señor mismo irá delante de ti y estará contigo; él nunca te dejará, nunca te abandonará. ¡No tengas miedo! ¡No te desanimes!” (Deuteronomio 31, 8). Aférrate al Señor, porque Él nunca nos olvidará. Hay muchas sombras que nos persiguen, pero saldrán con las luces del Espíritu Santo. Cuando menos lo esperes, las sombras darán paso a la luz. “Y Dios dijo: Sea la luz, y fue la luz” (Génesis 1, 3).

Sigamos orando por todos los consocios, los miembros de la gran Familia Vicentina y los pobres del mundo, y redoblemos nuestra prevención sanitaria y de salud pública. ¡Ganaremos esta batalla, sin duda!

 

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